TTIP, oportunidad que debe solventar amenazas

Desde que en 2013, la Comisión Europea encargó la negociación para un eventual tratado de libre comercio con los Estados Unidos, muchos activistas de izquierda han puesto el grito en el cielo. En los medios se prodigan posiciones muy críticas contra el TTIP: desde las que denuncian el oscurantismo de la negociación hasta las que subrayan que el Tratado supondrá desmontar todo el sistema europeo de garantías socio-laborales, medioambientales y de la salud, además de las que consideran que solo beneficiará a las grandes transnacionales o que, directamente, el TTIP se carga la democracia.

Ante eso, conviene saber que son docenas los Tratados similares que ya están aprobados en todo el mundo. Por ejemplo, se acaba de aprobar el Tratado Transpacífico (TTP), que engloba a EEUU, Canadá, Vietnam, Perú, México, Malasia, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Chile y Brunei. Esto implica que el comercio mundial pivota hacia el Pacífico, desplazando Europa a un córner. A lo cual, hay que añadir la potencia económica de China.

También deberíamos tener en cuenta que si la Unión Europea y los EEUU firmaran un acuerdo bilateral, Euskadi quedaría en el centro del mayor mercado mundial.

Pero, la geopolítica no debe llevarnos en ningún caso a malvender nuestras políticas garantistas. Es por ello que hemos votado, junto con la mayoría del Parlamento Europeo, la orden, dirigida a los negociadores europeos, de que defiendan nuestras salvaguardas para los servicios públicos, los derechos socio-laborales y de protección de la salud y el medio ambiente.

En cualquier caso, según dicen, difícilmente se llegará a aprobar el TTIP antes del final del mandato de Obama, tal y como él pretende. El Tratado tendría que ser aprobado por el Parlamento Europeo y ser ratificado por cada uno de los Parlamentos estatales de la Unión.

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